

Iglesia de San Esteban de Almazorre
Bien de Interés Cultural
El conjunto arquitectónico de San Esteban de Almazorre está situado en lo alto de una colina y es de origen románico tardío. Está formado por iglesia, abadía y esconjuradero, y está declarado Bien de Interés Cultural.
La iglesia de San Esteban de Almazorre es de pequeñas dimensiones y una única nave cubierta por bóveda de cañón apuntado reforzada con arcos fajones y ábside semicircular con bóveda de horno y un amplio arco triunfal.
Pero sin duda, el aspecto más interesante de la iglesia de San Esteban son las pinturas murales conservadas en su cabecera. Una restauración realizada en 2008 permitió recuperar el ciclo de pintura mural románica de gran valor, relacionadas desde el punto de vista formal con ejemplos catalanes contemporáneos, como las de Taüll.










Las pinturas románicas de Almazorre son de un alto valor histórico artístico
Las representaciones pictóricas halladas, a pesar de que los restos conservados son escasos, son de un alto valor histórico artístico, por ser uno de los pocos ejemplos de pintura románica que se conservan en el Alto Aragón.
En la bóveda se representó un Pantocrator o Cristo en majestad, rodeado por una mandorla, custodiada por los cuatro tetramorfos o símbolos de los evangelistas. Bajo esa figura aparece, en el cilindro del ábside, a la derecha del único ventanal que preside la cabecera, la imagen de un soldado que monta a caballo y parece dirigirse hacia ese vano.
Es un caballero que porta en la cabeza un complemento a modo de turbante y que se presenta armado con una lanza y un escudo. Pero el rasgo más llamativo de esta pintura es su rostro. Tiene la cara ovalada, unos ojos expresivos y muy abiertos, una nariz alargada y recta, una boca pequeña. Al otro lado del vano se conservan algunos restos de otro jinete, que parece dirigirse hacia el otro caballero. Se trataría por tanto de un posible combate.

Otro elemento destacado del conjunto arquitectónico de San Esteban de Alamazorre, es su esconjuradero, un elemento arquitectónico característico de la cultura y tradiciones pirenaicas.

El esconjuradero de Almazorre
El esconjuradero constituye otro elemento más del conjunto de Almazorre que le otorga cierta curiosidad y valor añadido. Se trata de un pequeño templete cuyo uso se relaciona con creencias y tradiciones tanto paganas, como católicas.
Abierto a los cuatro puntos cardinales por arcos de medio punto, se usaba para luchar contra cualquier tipo de mal que acechara al pueblo. Podía tratarse de alejar amenazas como pestes o plagas, realizar exorcismos o remediar maldiciones.
Pero su principal uso era repeler las tormentas que pusieran en riesgo la cosecha o todo lo contrario, rogar por las lluvias en épocas de sequía. Por este motivo la mayoría de ellos, se encuentran ubicados en promontorios, desde donde se podía seguir la evolución de las tormentas.
